Frecuencia Patagonia

miércoles, 5 de agosto de 2015

"El ultimo ritual"


Por Pablo Gomez 

Las esperanzas de muchos fanáticos se habían renovado cuando se suspendía la fecha del 14 de Mayo. Más tiempo para juntar plata para el viaje y la entrada.

Aquel 30 de mayo del 2009 era un “un dolor dulce”, aludiendo a Carlos Solari en su significado de lo que es una despedida. Los Piojos hacían un “párate indefinido” de sus mas de 20 años de carrera en el estadio de River Plate. En el corazón de “los piojosos” se sentía que era una despedida definitiva, pero nunca se quiso aceptar. Se daba una mezcla de sentimientos por lo que sería un recital de ensueño y una tristeza inolvidable.

La cita era a las 21 horas, las puertas abrieron ese Sábado a las 19, las calles de los al rededores repletas, se sentía en el aire un perfume piojoso que hacía latir a mil los corazones. El día estaba gris, nublado. Entrando a la cancha, cada vez más repleta, se empezaba a poner la piel de gallina, girando 360º se observaba gente, ingresando, colmando por completo punta a punta el monumental.

Las luces se apagaron cerca de las diez y media de la noche, el público comenzó a agitar esperando escuchar los primeros acordes, hasta que de repente: la primer nota de “Te diría” daba paso a la magnifica voz de Andrés Ciro cantando “si dijéramos que el día es la careta…”, así los cuerpos empezaron a apretarse buscando estar cada vez mas cerca de la banda. Gente totalmente conmocionada por un comienzo espectacular. Después de la primera estrofa del tema de apertura, el estadio estallo en saltos y gritos coreando la letra, dando la bienvenida a la banda, y anticipando lo que ya se presentía, iba a ser el mejor recital del grupo de El Palomar.

Sin palabras de por medio, pasó a sonar uno de los clásicos mas anhelados por los fans, nuevamente estallaba (como iba a suceder toda la noche) el estadio, al grito de “vete bobo” reventaba “Babilonia” en las gargantas de mas de 70 mil personas, seguido de “Labios de seda”, uno de los temas mas resaltantes de Verde Paisaje del Infierno, que daba paso a la bienvenida por parte de la banda, el humo se veía salir de las cabezas de los miles de fans. Un dialogo entre el frontman y el publico, la pregunta entre los integrantes de si era su sexta o séptima vez en ese escenario, seguido del cántico “los piojos no se van…”, dando pie a “un tema para los enamorados”, en palabras de Andrés, y así comenzaba el riff de “Ando ganas”. Algunas lágrimas, y muchos cruces de lenguas hacían notar el amor que copaba el Antonio Liberti.

Empezaba a lloviznar en la ciudad porteña, lo que hizo mas emocionante la noche, los clásicos no dejaban de “yirar”, yendo de “Esquina libertad” a, un increíblemente coreado “Tan solo”, que la banda se dedico a escuchar, con chistes y agradecimientos pre y post canción.
Luego de la muestra de cariño por parte del público, se hacía presente nuevamente “Verde paisaje”, con uno de los temas mas pogueados de la noche, “Luz de Marfil”. Ciro tomaba un descanso en su garganta, por lo que la emoción bajaba con los acordes de “Fíjate” en voz de Miky, y de mano de Tavo Krupinski, con una queja en especie de “bardo” debido a que no había sido presentado cuando se disponía a cantar (a diferencia del bajista), sonaba la hermosa balada de Maquina de sangre, “Sudestada”, con una dedicatoria muy especial al ex guitarrista del conjunto, Pity Álvarez. Entre canción y canción, aliento del público, agradecimientos de la banda, seguía temblando el estadio.
Nuevamente las lágrimas empezaban a asomar cuando Ciro deleitaba con “Canción de cuna”, una increíble letra que describe el amor del cantante hacia sus hijas, con la que todos los padres piojosos se sienten identificados.
Para mas emoción: el canta-autor comienza a agradecer las miles de cartas que les habían mandado, el murmullo se enmudece, y al escenario sube un fan, quien cumplía su recital número 100 y había escrito una carta con la que se definía el sentimiento, según Andrés, de todos los fanáticos ante el inminente párate de la banda, palabras que hicieron mezclar las lagrimas con la llovizna, en todas las mejillas de las almas que escuchaban la lectura de Alejandro (el fan con suerte, jaja!).

Entre tanto agua, “El Farolito” daba una nueva explosión a la cacha de River. Y se da un interludio, las luces se apagan, unos 10 minutos de descanso y el recital se retoma con mas de 40 músicos en escena, Dani Buira se mostraba junto a La Chilinga, su banda murguera, para tocar uno de los clásicos mas conocidos y mas coreados alrededor del país como es “Verano del ‘92”, el ex baterista del grupo se queda a acompañar “Desde lejos no se ve” y “Cruel”, la banda se retira momentáneamente.

El final ya se esperaba, se notaba cerca, un final impensado, nadie podía imaginarse como sería el comienzo de la despedida. Vuelven para reventar nuevamente con los bises la cancha, era el turno de “Genius”. Se sentía el “adiós” y sin embargo, no se bajaban los desiveles.

Palabras del cantante recalcando que no es “dado para los discursos”, daban paso a “Pacífico”, canción que él mismo dio a conocer como forma de agradecimiento a todos los seguidores. La lista no dejaba de conmocionar a los 140 mil odios. Dos temas mas, “El balneario de los Drs. Crotos” y “Buenos días palomar”, seguidos de el nunca esperado “Finale”, ese tema característico de todos los recitales piojosos, con el cual cerraban los shows, leyendo todas las banderas que entraban a los mismos, era el final…

O eso se suponía, pero la gente quería mas, pedía mas, no se movía de sus lugares. ¡¡¡Los Piojos vuelven al escenario!!! Y los corazones vuelven a paralizarse. Dedicado a Mario Pergolini, empieza a sonar “Ruleta”. ¡Una nueva implosión, revientan las gargantas, tiembla el país! Ya no sabía que esperarse, la lista se había tocado por completo, solo quedaba escuchar. Suena un cover clásico, “El viejo”, de Pappo, preguntan que mas tocar y, a pedido del público, estalla “Los mocosos”, como un himno de la banda.
Ciro comenta que van a hacer el ultimo tema, juega con los instrumentos de viento y con quienes los tocan, y, como salido de los corazones, inesperadamente, se da el ultimo estallido con “Muévelo”, la ultima pieza tocada, chicas bailando en la pasarela, la gente saltando y gritando, y el final, el muy emotivo final, entre lagrimas y llantos abajo del escenario.

“Las despedidas son esos dolores dulces”, había terminado su carta el fan invitado, y ese fue el sentimiento.

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